Solange Rodríguez Pappe y Henry James
Las fechas para completar esta tarea son del 6 al 18 de noviembre
Elegid un tema y un motivo de La primera vez que vi un fantasma (Solange Rodríguez Pappe, 2018) e identificad similitudes y diferencias con Una vuelta de tuerca (Henry James, 1898). Tendréis que hacer al menos una intervención en este blog con un texto de 300-500 palabras. No olvidéis incluir referencias bibliográficas si citáis obras críticas. Las fechas para completar esta tarea son del 6 al 18 de noviembre. Comentaremos vuestras intervenciones en nuestra sesión de Temas y motivos el viernes 20 de noviembre, en la que también participarán integrantes de este proyecto de innovación docente.
23 Comments
Lola Burgos
11/14/2020 04:08:02 am
El tema del limen o del umbral aparece en la obra de Solange Rodríguez Pappe y en la novela de Henry James de forma reiterada. Esta recurrencia no es extraña en la literatura fantástica, donde tienen cabida criaturas que transgreden los límites de nuestro conocimiento, de nuestra experiencia y de nuestro mundo concreto. Dicha liminalidad se manifiesta a partir de diferentes motivos y ámbitos: identidad, espacio y tiempo. Me propongo analizar cada uno de estos aspectos en un comentario diferente. En cuanto a la identidad, los cuentos de Solange suelen estar protagonizados por personajes que se encuentran en etapas de crisis o en ritos de pasaje. Algunos ejemplos se aprecian en “A tiempo de desayunar” –“la nueva existencia” del fantasma tras un accidente de tráfico–, en “Matadora” –la menstruación de la adolescente identificada con el paso de la infancia a la madurez–, en “Paladar” –el cáncer como triunfo de la vida y victoria sobre la muerte–, en “Un paseo de domingo” –anclaje en el pasado sin la superación de la muerte–, en “La historia incómoda que...” –la ebriedad y su influencia en la inestabilidad psicológica–, en “Confeti en el cielo” –la seguidora de un profeta y su preparación para la inmolación del mundo– o en “La primera vez que vi un fantasma” –la diferencia de edad con la pareja y los conflictos derivados de ello–. Junto con estos sujetos en tránsito, aparecen otros que suponen una ruptura con los límites establecidos. Basta con pensar en los fantasmas que recorren todos los cuentos y en la dicotomía vida-muerte, en la personificación extrema de las mascotas, en el matrimonio entre un árbol y una mujer o en la gata fantástica y justiciera. Además, se representan individuos que se encuentran en los márgenes de la estructura social, como una indigente espectral o las propias mujeres, víctimas de la sociedad y del vecindario (“Locas, brujas, vulgares, cholas alzadas.”, p. 100). La configuración de estos personajes genera, en muchos casos, una ambigüedad entre su existencia real y su naturaleza como figuras del más allá que el lector solo resuelve al final o, incluso, no llega a aclarar. Por la anfibología de estos personajes, en algunos cuentos de carácter testimonial no juzgamos como fiables sus palabras y miradas. Lo mismo ocurre en Otra vuelta de tuerca, donde la protagonista da cuenta de unas apariciones fantasmagóricas que no sabemos si considerar ciertas y, por lo tanto, depositar en ella nuestra confianza o si estimarlas falsas, como productos de su desequilibrio mental. La siguiente cita de Turner nos permite entender este concepto de liminalidad en estas “personas umbrales”:
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Lola Burgos (2)
11/14/2020 04:08:47 am
Otro ámbito de representación de este tema de la liminalidad es el espacio, a partir de los spatial frames que facilitan el contacto entre el mundo real y el fenómeno fantástico. Nos interesa, especialmente, por la aparición de motivos como la ventana, la puerta, la escalera o el puente.
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Lola Burgos (3)
11/14/2020 04:09:49 am
Finalmente, ambos autores tienen una especial inclinación a recrear estas historias durante la noche o en el amanecer. No extraña esta ambientación, común en el género fantástico, si se tiene en cuenta que representa un franja límite, en el umbral del día anterior y del día que está por comenzar. A modo de ejemplo, pueden destacarse, en Henry James, los encuentros de la institutriz con Flora y Miles desde la ventana o la tercera aparición de Quint, en las escaleras. En cuanto a los cuentos de Solange, aparece explícita esta propensión nocturna en los siguientes fragmentos de “La historia incómoda que nos contó...”:
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Ana González del Villar
11/15/2020 10:39:47 am
La primera vez que vi un fantasma (2018) de Solange Rodríguez Pappe y Otra vuelta de tuerca (1898) de Henry James son dos magníficas novelas, cuyas lecturas te atrapan y enganchan. A pesar de estar escritas en épocas distintas, ambas comparten la temática de lo fantástico entre sus líneas.
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Lucía Leandro Hernández
11/16/2020 01:44:29 pm
Los dos textos que se han puesto a dialogar enfatizan la relación dialéctica del sujeto frente al monstruo, que viene a ocupar en nuestro imaginario, el lugar de la otredad. La categorización de la figura de lo monstruoso es amplia y no podemos poner límites a su concepción, ya que, las distintas representaciones del monstruo a lo largo de la historia y los distintos contextos geográficos, se nutren de su espacio de configuración mismo o se apropian de un arquetipo universal y lo resignifican.
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sofia.morante
11/16/2020 02:11:22 pm
Antes de nada, avisaré de que la reflexión ocupará (creo/calculo) tres comentarios:
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sofia.morante
11/16/2020 02:12:44 pm
En segundo lugar, las dos narradoras parecen defender el aura de otros personajes como seres puros –entre los que se incluyen– que no se merecen sufrir ningún mal. En Otra vuelta de tuerca, la protagonista llega al extremo de la idealización y de la purificación (un amor idealizado) al describir la delicadeza de Miles y Flora, que es tal que los vuelve “casi impersonales” (p.23). Flora, por poner un ejemplo, es descrita como “un ser tan beatífico […] cuya angelical belleza fue probablemente el factor que más colaboró […]” (p. 9). Por otro lado, en Paladar, esto sucede con los comensales del restaurante, los cuales son descritos por la narradora (incluida en la propia descripción) con “las caras limpias de los inocentes” (p. 38). A su vez, esta pureza en ambos casos contrasta con la maldad y la corrupción de fantasmas, en el primer caso, y de Lazorra, el incitador que les lleva el restaurante, en el segundo.
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sofia.morante
11/16/2020 02:13:46 pm
En cambio, en lo que se refiere a la narradora de Solange, a pesar de las similitudes que previamente comentábamos, la posible diferencia más significativa es que podría decirse que pertenece a otro tipo de monstruosidad, a una “rareza apreciada” (p. 26) y, probablemente, a esto podríamos agregarle que, con ello, es otro tipo de monstruo, un monstruo cultural (Cohen, 1996, pp. 7-10) por su propio cuerpo como “recuerdo de la enfermedad”. En ella, en ningún momento se puede observar algún indicio de maldad individual “monstruosa prototípica” como la que se puede sentir en la ambigüedad de la narración de James, sino que la mujer produce cierta tristeza, vergüenza y desencaje en una clasificación social y cultural.
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Lisa Gino
11/17/2020 06:49:49 am
Algunas pequeñas consideraciones.
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Sarah Cerabona
11/17/2020 10:41:20 am
Ambos autores poseen entre sí muchas similitudes. Entre ellas, creo que está sin duda la temática del "hambre", más en particular de la "gula".
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Luisa Ramírez
11/17/2020 12:46:41 pm
Desde el momento en el que terminé de leer “Otra vuelta de tuerca”, edición de 1996, de Henry James, me quedó la duda de si realmente había fantasmas en esta novela, esa sensación se repitió, una vez terminé de leer “La historia incómoda que nos contó Olivia el día de su cumpleaños” en el libro de Solange Rodríguez “La primera vez que vi un fantasma” (2018), me pregunté si el espectro del que hablaba Olivia existía de verdad.
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Ana Patricia Larralde García
11/17/2020 01:54:47 pm
Hay una distinción muy evidente entre Otra vuelta de tuerca (1898), de Henry James y La primera vez que vi un fantasma (2018), de Solange Rodríguez Pape y es su pertenencia a géneros literarios diferentes (no necesariamente excluyentes), como son la novela y el cuento. En ese sentido, la articulación de la(s) historia(s) supone caminos diferentes.
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Lorenzo Martire
11/17/2020 04:39:31 pm
Lo que me gustaría analizar en este comentario es la representación del cuerpo en la novela “Otra vuelta de tuerca”, de Henry James, y la colección de cuentos “La primera vez que vi un fantasma”, de Solange Rodríguez Pappe.
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Analía Zhang
11/18/2020 02:52:52 am
La segunda tesis de Cohen explica que el monstruo siempre se escapa, para volver a aparecer en otro sitio, y con otra apariencia. La novela “Otra vuelta de tuerca” (1898) de Henry James nos deja en la incertidumbre. Al final no sabemos si realmente aparecían los fantasmas, o si todo fue producto de la mente inestable de una institutriz, y al intentar volver atrás en la historia para buscar la respuesta a esta pregunta surgen posibilidades también para otras interpretaciones.
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Martina Cicorella Tena
11/18/2020 10:57:20 am
Bueno, creo que queda poco que añadir tras los comentarios tan lúcidos de mis compañeras sobre los temas y motivos que acercan y diferencian las obras de Otra Vuelta de Tuerca y La Primera Vez que Vi un Fantasma. Mi contribución tiene intención de explicar como el tema de “Lo Otro” se invierte por el tratamiento de la realidad dentro de estas obras. Me propongo a explicar muy levemente como el efecto de miedo se transforma por un tratamiento distinto de la relación de lo Otro con la realidad. Antes de empezar con el breve análisis me gustaría decir que esta diferenciación es fruto de los contextos de cada autor, lo fantástico es un género en constante revisión de sus códigos por su rápida asimilación por parte de los lectores. No pretendo enfrentar las dos posturas de estos autores sino a través de su diferenciación ser conscientes que, en realidad, estas diferencias son el resultado de adaptar a cada paradigma las exigencias de este género.
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Martina Cicorella Tena
11/18/2020 11:01:00 am
Como bien apunta Roas, Solange no deja de problematizar nuestros códigos cognitivos y hermenéuticos con la irrupción de lo imposible dentro de nuestros constructos socioculturales. Lo imposible pone en relieve los problemas sociales de nuestro contexto, la fragilidad de lo real se representa de una manera más cercana y política pues el vértigo que sentimos al leer a Solangel es que la fisura que se nos revela a través de seres y contextos imposibles hace palpable una fisura que ya existe en nuestra realidad sociopolítica. Es especialmente significativo los efectos que tienen los fantasmas que aparecen en Solangel frente a los de James. Mientras los espectros en esta novela son la encarnación del mal, el vaticionio de un acontecimiento terrible que se corona con la muerte del pequeño Miles ante la idea de ver algo que no puede comprender (el fantasma de Quint), los fantasmas de Solange aparecen completamente naturalizados e indefensos casi, como ocurre en el relato de “Un paseo de Domingo” o más simbólico en el caso de esta comparativa, el fantasma que aparece en el relato que da nombre a esta antología de cuentos. El terror más grande al que se enfrenta nuestra protagonista es el miedo al abandono, no a la aparición de un fantasma. De hecho, este aparece la primera noche que la mujer duerme sóla tras la fuga de su amante, mientras busca apartarlo de su pensamiento, conectándonos directamente con la cita introductoria de esta novela “Todo historia de amor es una historia de fantasmas”, lo ve y simplemente acaba el relato. Lo mismo ocurre con “Matadora”, lo imposible funciona como elemento que problematiza nuestra realidad tal y como la conocemos. Es paradójica la situación de presentarnos a una gata asesina como monstruo en una sociedad dónde cada día mueren violadas, torturadas niñas y mujeres ¿Cual es el ser terrorífico de esta historia, el gato o el violador? Hay un canto resignado en este libro de los del Otro lado, porque ya su condición de imposibles ha quedado mermada por un contexto que nos somete a un terror menos sutil que ha dejado “en paro” a todas las representaciones mostruosas que anunciaban nuestra condición ineludible de seres frágiles que se enfrentan a una Realidad siempre amenazante. Ahora son ellos los que señalan los terreros ineludibles de nuestra paradigma. Con esto no pretendo decir que no haya también una búsqueda de crear un miedo metáfisico que cuestione la fragilidad de lo real tal y como la conocemos, ni que Solangel no haga uso de los mecenismos del Otro para esto, quiero decir que aunque también sea heredera de una tradición de lo fantástico lo que parece absolutamente novedoso es que la mirada de terror en algunos cuentos, no está dirigida a lo imposible ni a la fragilidad del mundo como lo percibimos, sino a la realidad misma, sin artificios, sin vampiros, sin fantasmas, a una realidad que ya es de por sí una amenaza y estos seres extraordinarios pretenden demostrárnoslo.
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Diana Perico
11/18/2020 11:59:40 am
“Toda historia de amor es una historia de fantasmas” es el epígrafe que la escritora Solange Rodríguez seleccionó para dar inicio a su libro La primera vez que vi un fantasma (2018), junto con la referencia a Christina Stead y David Foster Wallace. Este último escritor es una leyenda de la literatura estadounidense contemporánea, bien conocido por su extensa novela La broma infinita y la historia de depresión que desencadenó su suicidio. ¿Pero quién es Christina Stead?, y ¿cómo llegaron a decir literalmente la misma frase? Pues eso es lo bueno de leer a las mujeres escritoras, porque que te llevan a otra autora y así, en una interesante cadena de descubrimientos. Pienso que esté epígrafe no es gratuito. El amor ha sido uno de lo grandes temas de la literatura, y los fantasmas, el motivo que invoca las dos obras propuestas para este ejercicio de lectura.
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Yao Boru
11/18/2020 01:13:27 pm
La primera vez que vi un fantasma (2018) de Solange Rodríguez Pappe y Otra vuelta de tuerca (1898) de Henry James son dos novelas fantásticas. Cuentan fantasmas que aparecen en la vida cotidiana o las escenas familiares, por lo tanto hay un efecto especial de terror, pero existen varias diferencias:
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JIAXINYI HAN
11/18/2020 02:44:52 pm
En la obra Otra vuelta de tuerca de Henry James hay tres narradores. El primero es el que se dio cuenta de las interesantes consecuencias de Douglas cuando alguien acababa de contar una historia espantosa y en el principio de la obre se presenta en primera persona. El segundo es Douglas que afirmó que tenía un cuento “misterioso y repugnante, terrorífico y doloroso”, pero no quería narrarlo de inmediata, sino que lo leyó al público dos días después que llegó el manuscrito que lo registró. El tercero es la institutriz del cuento, autora del manuscrito que experimentó en persona esa historia “demasiado horrible”. El cuento que leemos por lo siguiente no es el que narró Douglas sino una transcripción escrita por el primer narrador según el manuscrito de Douglas y lo narró en primera persona la protagonista anónima. La transformación de narrador de manera igual que relevo reduce la certeza y mitigar la veracidad sobre la que construye la historia, no sabemos si existe algo que se omite o incluso se deja en las entrañas de los narradores sin revelarlo, lo que nos provoca una confusión oscilando entre las dudas y las soluciones y al mismo tiempo sentimos inquietud y placer.
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Laura Zafra
11/18/2020 03:25:58 pm
Un aspecto curioso que encontré en Otra vuelta de tuerca (1898) de Henry James y en cuentos como “La historia incómoda que nos contó Olivia el día de su cumpleaños” en La primera vez que vi un fantasma (2018) de Solange Rodríguez Pappe es este motivo del fantasma o, más bien, de lo sobrenatural. Al respecto cabe recordar a Cohen en “Monster Culture (Seven Theses)” (1996) pues afirma que el monstruo es, en últimas, un reflejo del ser humano, de los elementos negativos; el monstruo, el fantasma, lo sobrenatural, expone la crueldad humana y sacude los fundamentos del discurso hegemónico social, desestabilizando el orden.
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Yang Bo
11/18/2020 05:15:43 pm
Las dos novelas están llenas de extrañas historias sobre el fantasma, pero son distintas en sus temas, las narrativas y la imagen de los fantasmas que surgen en los cuentos.
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Jingqi Chang
11/19/2020 02:42:33 am
La primera vez que vi un fantasma (2018) de Solange Rodríguez Pappe y Otra vuelta de tuerca (2015) de Henry James son dos novelas fantásticas. Ambas obras se centran en los fantasmas como tema principal, haciendo hincapié en como ciertas causas psicológicas tienen como efecto que los personajes vean fantasmas.
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Macarena Cortés Correa
11/19/2020 07:17:45 am
La novela Otra vuelta de tuerca (1982) y los relatos contenidos en La primera vez que vi un fantasma (2018), si bien se enmarcan en un género literario común, el fantástico, su aproximación a este es muy diferente. A partir de la propuesta de J.J. Cohen en “Monster Culture (Seven Theses)” según la cual una cultura particular puede ser leída a partir de los monstruos que engendra, estas obras abordan este tema desde perspectivas diferentes.
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